La ultima y nos vamos

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sábado, 27 de noviembre de 2010

Crónicas pachecas

Pachequearse: Dícese de el individuo que vulgarmente abusa de sustancias para drogarse, como los solventes, cuyo uso no es el adecuado para elevarse. Peeeeeeeeeeeeeeero, también es un término que se usa para la la persona que dice o escribe incoherencias, palabras que no llevan a nada, pero que tal vez puedan significar algo.

Escritos pachecos
Estoy metida en la computadora y busco canciones de trova que me gustan, de repente veo una de las paginas en la que se dice que es lo que se tiene que hacer cuando un amor terminó, y aunque no doy clic sobre ella, esa frase me da vueltas en la cabeza, me veo a mi misma buscando imágenes inanimadas y todo pierde el sentido, soy banal, y una ligera nausea recorre mi estomago. “La frivolidad es asquerosa” me repito a mi misma pero no dejare la maquina, y al ritmo de Silvio Rodríguez y su Playa Girón comienzo a escribir lo que me viene a la cabeza.



¿Seremos personas de poca niñez? Una vez en la vida pasamos por esto y es algo que rápidamente queremos dejar, nos gusta crecer pero no envejecer, escribamos pues nuestra historia, tu historia, mi historia con nombres, adjetivos, para hacer un escrito, un poema una canción y compañeros de música, de escritos, de vida y tal vez de muerte eso nunca se sabe.


Un mal día se marchó. Dicen algunas canciones, porque no puede ser un buen día, solo que se largó, no importa, que mi vida ya esté muerta, que no haya tenido compasión, al fin y al cabo de amor nadie se enferma, se muere pero no se enferma. (No manches, de veras que esto sonó como a decepción chelera)


Recuerdo muy bien ese día, el sol le daba a tu piel morena ese tono cobrizo que tanto me gustaba, y aunque eras el mismo de siempre el beso de bienvenida me hizo saber que algo era diferente. Entonces me di cuenta que no me querías mas. ¿Cómo pasó? No lo se, ni siquiera me pregunte el porque, de todos modos ya no importaba, mientras intentabas conversar conmigo yo me iba haciendo a la idea del final. No mencionaste nada, ni siquiera trataste de hablarme, simplemente te dije que tenía que irme, y un beso largo seguido de un abrazo selló el final. Nunca más nos vimos, nunca nos volvimos a hablar, y la vida siguió pasando, el día siguió tan hermoso como siempre, nada ha cambiado, es solo que tú ya no estás a mi lado.


¿Cómo hacer un poema sin que se haga sentimental? Acaso debemos endurecernos para no sentir más, ¿que no duela acaso? Somos tan cobardes que el dolor debemos evitarlo a toda costa, y no es el dolor físico, sino el dolor sentimental, el ego es tan frágil que nos atemoriza que alguien decida no quedarse con nosotros, o peor aún, nuestro orgullo se lacera cuando tiene que reconocer que la persona que escogimos no es la adecuada, y preferimos decir que cambió, o hacernos de la vista gorda aún cuando ello nos lastima mas que el adiós. En fin, la mente es maravillosa, grandiosa y engañosa, nos obliga a salir adelante, romper barreras y hacer lo imposible por un ideal, y es capaz de frenarse ante la voz de una sola persona o el llanto de un niño.


Estoy pensando que algo que también mueve a la gente es el dinero. “Poderoso caballero es Don dinero” dicen por ahí, yo también me he puesto en brazos del dinero alguna vez (en este momento una ligera nausea hace mella en mi garganta, esta vez si estuvo cerca, de nuevo la banalidad rompe mis sienes en un momento por resistirme a lo inevitable), pero me di cuenta de que el dinero es un medio, no un fin, de que te sirve el dinero si no hay con quien compartirlo, el dinero nunca comprará afectos, ni risas, ni la satisfacción de hacer bien las cosas, de una cierta verdad y honestidad que ya no existen globalmente, solo de manera particular, la vida, nuestra vida, víctima de nuestra particular falacia, círculo vicioso que repitiéndose una y otra vez satisface nuestra vida sedentaria hambrienta de ilusiones que aunque no comprendamos tenemos el anhelo de cumplirlas, pero que de manera masoquista no haremos, ya que nuestra mente fue atada al televisor y a una cadena de imágenes sin fin, sin calidad, a veces carentes de sentido, pero que no podemos dejar de ver, las necesitamos para sentirnos libres, y parece ser que mientras mas se aprieta la cadena mas libres nos sentimos, mas ilusiones sin cumplir tenemos pero mas atrapados estamos