La ultima y nos vamos

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martes, 18 de septiembre de 2007


La invención de morel
Este libro escrito por Bioy Casares nos narra la historia en primera persona de un fugitivo que ha huido de la civilización a una isla que supuestamente esta desierta que tiene fama de matar a la gente que pretende habitar ahí. No se sabe bien de que, esto hace que se cree un ambiente de misterio alrededor de este lugar ya que el protagonista es prevenido pero a la vez incitado a venir aquí.
“Para un perseguido, para usted, solo hay un lugar en el mundo, pero en ese lugar no se vive. Es una isla. Gente blanca estuvo construyendo, en 1924 más o menos, un museo, una capilla una pileta de natación. Las obras están concluidas y abandonadas”
“Ni los piratas chinos, ni el barco… la tocan. Es el foco de enfermedad, aún misteriosa, que mata de afuera para adentro. Caen las uñas, el pelo, se mueren la piel y…”
Después de llegar a la isla el protagonista nos hace una descripción de lo que hay en la isla, las instalaciones, la vegetación, y el lugar en donde se alojará. Pero, de repente pasa algo. En esta isla desierta se escucha música y gritos, además de que nuestro fugitivo cree ver personas paseándose, bailando como veraneantes que están instalados desde hace tiempo, esta gente no es actual, está vestida con ropa de hace algunos años. Esto nos genera varias ideas. Una de ellas sería que a causa de la soledad la locura empieza a invadir a este hombre, después de todo sería lo mas lógico que tuviera alucinaciones con el calor que se menciona hay en esta isla. Poniendo a trabajar a nuestra imaginación me viene a la mente que esta gente que logra ver nuestro protagonista podrían llegar a ser ciertas conexiones con una época pasada, ya que no las ve todo el tiempo y al parecer ellos no logran verlo a el. Una última y muy parecida a la anterior sería que lo que ve este fugitivo son proyecciones de tiempos anteriores que de vez en cuando se suscitan, esto justificaría el porque no lo toman en cuenta, ya que sería como si estuviera viendo una película.
El protagonista fugitivo no hace lo posible por darse a notar ya que teme que lo aprisionen, y solo se conforma con verlos pasar y ver por instantes que es lo que hacen.
Mientras el hace lo posible por sobrevivir en este lugar abandonado, observa a una mujer que todas las tardes sale a posarse en las rocas a observar la puesta de sol, esta mujer llega a convertirse en una motivación para el, que ahora no sabe si prefiere las miradas de los jueces a este sufrimiento por decisión propia. Finalmente decide hablar con esta mujer pero ella parece no verlo (¿o será que no le da importancia?). Y el parece justificar la indiferencia de esa mujer casi fantasma de la que se ha enamorado el.
Conforme va avanzando la historia el se da cuenta de que como en el teatro algunas conversaciones se repiten, y es ahí una de las primeras veces en que cuestiona su cordura y que lo que ve todos los días sea verdad